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jueves, 21 de agosto de 2014

Musa - Prólogo





 A Isabel, por animarme a desaparecer el tabú de mis letras.
                                                            -D.



Su nombre era Eva, y tal como lo fue la primera mujer en la tierra según la biblia, el mundo se enamoró de ella, y el resultado de tal relación, fue la destrucción.

Era chelista, un año menor que yo, con un talento hipnótico para maravillar a su entorno, incluso desde muy joven llamaba la atención de los hombres, y yo… pues, cuando la conocí no fue precisamente mi persona favorita; Sin embargo, como todos los demás, sólo fue cuestión de tiempo para que cayera en su encanto, y como a todos los demás, también rompió mi corazón.

La amé, y tanta fue la intensidad de ese amor, que sentía dentro de mi corazón que si ella moría, entonces moriría una parte de mí, y cuando el silencio se interpuso entre ella y yo, una parte de mi alma se silenció. Desde entonces las cosas han cambiado mucho para mí, y más o menos de eso se trata esta historia.

Me he negado a escribir una autobiografía bajo la excusa de que me sumará puntos de egocentrismo (que ya me sobran), lo cierto es que sería mucho más egocéntrico pagarle a alguien para que lo escriba por mí, además, la verdadera razón reside en mi incapacidad para verme como soy y no como debería haber sido… no me malinterpreten, no estoy en una mala posición, pero si tome decisiones equivocadas, quizás esa es la razón por la que he decidido contradecir a los grandes escritores que pretenden hacer de la ficción su vida, mi pretensión con este escrito es hacer de mi vida una ficción.

Espero que encuentren tan interesante leerla, como a mí me pareció vivirla.

                                                                                                         
                                                                                                                                   Alexandra Selva

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